Consiste en una recreación de la vidriera montada por el artista Juan Batlle Planas en 1956 para la tienda Harrods e ilustra uno de los rescates exhibidos en la muestra “Del Cielo a casa”- Conexiones e Intermitencias en la cultura material argentina-, que el Museo de Arte Latinoamericano presenta hasta el 12 de junio.


Fotografías: Prensa Malba
La curadora Verónica Rossi, una de las integrantes del extenso grupo curatorial implícito en la muestra, relató a SucesosdeModa.com el modus operandi y la investigación previa al montaje de la vidriera, que fue creada en 1956 y para el ciclo “Arte en la calle”.
“Tuvimos varias etapas de investigación para la vidriera. Contábamos con poca información de la intervención de Batlle Planas, apenas una foto en blanco y negro y algunos artículos periodísticos de la época. Sabíamos que el artista había usado colores fuertes por testimonios de personas que la habían visto en su momento. Por un lado, junto al jefe de museografía, Mariano Dal Verme, estudiamos la cantidad de tonos que se registraban en la fotografía con inteligencia artificial e indicaron que el artista había utilizado veintiún tonos. Y por otro recuperamos otras intervenciones en el espacio público de Batlle Planes, entre ellas, los murales de la galería Santa Fe realizados en 1953. De ahí que en base a la reunión de múltiples elementos de la producción de Battle de la época ( documentos, imágenes, obras) definimos la paleta de colores que él podría haber utilizado para la vidriera y se armó en base a esos tonos. Buscamos que todos los materiales para la reconstrucción de la vidriera fueran fieles a la versión original, incluidas las ramas y las hojas que adornan a los personajes. Hubo un antecedente de reconstrucción de esta vidriera aunque en blanco y negro en 2018 y estuvo a cargo del equipo de Florencia Suarez Guerrini del “Centro de arte de la Universidad de la Plata”, agregó Rossi.
-¿En qué se diferencian de las más divulgadas hasta el momento, como las de Raquel Forner para Harrod’s?
-Battle Planas es un ejemplo de artista que trabajó muchísimo en la frontera entre el arte y otras disciplinas como la arquitectura, el muralismo, la escenografía y la ilustración editorial. Y esta vidriera se puede vincular con los antecedentes célebres de intervenciones de vidrieras por artistas ligados al surrealismo como André Bretón y Salvador Dalí. Hay bibliografía y exhibiciones en torno a la forma en que el surrealismo presenta y exhibe los objetos. La categoría de “objet trouvé” alude a una mirada desautomatizante del objeto, en su interés por redefinir lo real. Y sin duda si vemos la vidriera de Battle Planas podemos percibir ese gesto de desmembramiento y desarticulación de la forma a partir de la representación de estos seres estrafalarios que festejan la primavera.
–¿Las fotos en tonos sepia que se exhiben cerca de la instalación- vidriera pertenecen a la colección de Malba o fueron investigadas y dispuestas para la ocasión?
-La foto que se exhibe pertenece al archivo de Giselda Battle Planas, una de sus hijas, y con quien tomamos contacto durante la investigación para “Terapia”, una exhibición de 2021.

–¿Qué considerás que aportan a la muestra y en qué categoría estética- etnográfica lo dispusiste en tu curaduría?
– La reconstrucción histórica nos da la posibilidad de poder mirar y tocar no ya documentos, sino una obra en sus dimensiones y presencia reales. Una intervención que alguna vez existió y que, siguiendo los detalles que brinda la documentación y con la ayuda de expertos, vuelve a la vida acciones públicas de artistas que todavía necesitamos conocer más. Estamos ante una evocación de una época, a partir de una réplica que devela un misterio, pero a la vez crea una nueva vidriera, ya no la que ideó Battle Planas, sino la que hoy podemos reimaginar
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