El retorno a las pasarelas presenciales de la escena local  tuvo su puntapié inicial con la presentación de la colección “Calypso” de Mishka en los jardines del Museo Fernández Blanco. En el contexto de BAFWEEK, entre las mayólicas y la vegetación que caracterizan al museo especializado en arte hispanoamericano, el desfile tomó la forma de una procesión celebratoria de las influencias del mundo marino.  Las sogas naúticas mutaron a modo de cinturón, o de collares que portaban talismanes tales como corales o lupas.  Las modelos se engalanaron con boquitas pintadas de azul o de rojo carmín y portaron superposiciones de vestidos sobre pantalones de lino, túnicas, maxi vestidos de estampas vegetales, batiks en clave pop y rayas marineras.  Las sandalias, las carteras pequeñas y grandes, los pantalones, los vestidos, blusas y otros básicos  asomaron en tonos amarillo, orquídea , naranja, marrón, coral, curry, celeste, verde y azul.