Zapatilla de loneta con suela de cuerda de yute o cáñamo; calzado proletario que fue traído por los españoles o franceses en la tercera década del S XIX. Las primeras importaciones se hicieron en 1860 y, así como los ponchos, las telas para chiripás y las bombillas, arribaron desde Inglaterra consignadas a representantes de firmas de ese país. El precursor de la fabricación global fue Juan Echegaray, fundador de la empresa Alpargatas, que en 1870 empezó a darles forma con lona comprada a Douglas Fraser and Sons, una firma escocesa especializada en la fabricación de materiales para velas. Las distintas bases de operaciones de Alpargatas estaban situadas en Barracas y se comunicaban entre sí a través de túneles por los que circulaban carritos atiborrados de pares. Cuentan que las operarias de las fábricas imprimían las leyendas “Rueda” o “Luna” con letras rojas en las suelas, hasta que las preferencias de fashion-victims rurales y los fanatismos obligaron a la firma a unir los términos en pos de simplificación. En 1956 la producción argentina alcanzó las doce mil docenas de pares por día, una cifra que en los años ‘90 se redujo a siete mil docenas mensuales.

Fuente: Followers of Fashion, Falso diccionario de la moda – Victoria Lescano
