El pantalón de cuero de Pavarotti

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El poeta, músico y periodista Gustavo Alvarez Núñez, comparte con SucesosdeModa un recorrido por los estilos de la escena indie de la música en Buenos Aires de fines de 1990. Por entonces, además de oficiar como director editorial de la edición argentina de “Los Inrockuptibles”, GAN fue el front man de la banda “Spleen” y desde la cual predicó el uso de purpurina, así como también veneró el circuito de galerías de Buenos Aires donde la moda dialogó con el rock. 

Gustavo fotografiado por Martin Bonetto en el backstage de un concierto de Spleen, Alianza Francesa.

Al principio, a mediados de los años 90, con Spleen nos gustaba la solemnidad. Épocas de ferias americanas y el concepto de una madurez de segunda mano. Por eso íbamos de sacos y camisas. Después apareció la luminosidad de unas remeras con mangas de tres cuartos confeccionadas especialmente por Mariana Cortés, que estaba arrancando con Juana de Arco en el viejo Palermo. Eso en la primera época (incluida la publicación de nuestro EP debut, Travesía ideal, 1998). 

Con el ingreso de Cristian Mansilla, Tomi Barry y Félix Cristiani nos pusimos más glam. Mucho rímel y purpurina, además de pantalones de cuero platinado en mi caso (regalo de mi amigo y periodista Hernán Ferreirós). La música se volvió por ende más sensual y bailable. Gran pregunta: ¿primero vino el deseo de la ropa y luego la música del deseo? Tiempos de vincularnos con algunas marcas de la galería Bond Street (las camisas refulgentes de Velvet y Ummo) y más adelante con las de galería de los Diseñadores del Bajo (los jeans de Culebra).

Ahora bien, esta imagen de Martín Bonetto corresponde al último show de Spleen en Capital (en la Alianza Francesa) en 2002. Nos disolveríamos unas semanas más adelante luego de abrir un concierto de Babasónicos en Morón. El suéter me lo compré en Madrid, en una tienda noruega de Chueca en noviembre de 2000 (estuve unos días en España por una feria de música en Zaragoza gracias a mi faceta de periodista). Momentos electrizantes. Las botas también las adquirí en el viejo continente, pero en otro viaje unas semanas después (no sé si en Karlsruhe, Alemania; o en París). En verdad, se las había comprado para un amigo pero me arrepentí.

En cuanto al pantalón de cuero, su incorporación a mi armario viene de más atrás. A fines de diciembre de 1993 con unos amigos nos íbamos unos meses a Europa, y uno de ellos nos llevó a una tienda de ropa de cuero en Villa Crespo (las paredes tomadas por imágenes de un grandote Luciano Pavarotti enfundado en cuero, quien se vestía especialmente en esa casa). La idea era que necesitábamos llevar poco equipaje porque nuestra travesía implicaba varias ciudades arriba de un tren (¡aguante el Europass!) y qué mejor que prendas de cuero. Así que me diseñaron especialmente un camperón al uso de la época (con unas estilizadas hombreras) y unos pantalones a lo Jim Morrison.

Si bien el negocio era de la madre, quien se encargó de hacernos ese vestuario fue Carlos Alperyn, un compañero nuestro de Puan. Pero no era alguien cercano a mí. Vueltas de la vida, diez años atrás me lo encontré en la casa de un amigo del barrio. Y recordamos esos tiempos. Ahora nos vemos seguido, asado de por medio y risas a granel. El local se llamaba Fanny Azia, un homenaje a su madre.

GAN fotografiado por Bonetto.
Gustavo junto a los músicos Tomi Barry , Félix Cristian, Cristian Mansilla y el editor Mariano Valerio.Foto: Juana Ghersa.

A la izquierda, la a portada del disco de Spleen, editado en 2023 y con una nueva formación. Derecha: imagen de un concierto circa 2000

Todas las imágenes son una gentileza de Gustavo Alvarez Núñez.

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