Laura Valenzuela es una diseñadora de culto, quien se anticipó al movimiento de moda de autor con su rescate de telas del pasado, la invención de texturas con experimentos de calor, los collages, las rigurosas descripciones del peso y la composición de las telas implícitas en sus diseños (que documentó mediante etiquetas selladas con lacre). Además de compatir algunos fetiches heredados y que componen la trama afectiva de su placard, rescata algunos de sus icónicos diseños.

Mi Blush diseñado por la mismísima Elsa Schiaparelli. Nótese su firma en el lateral. Posiblemente sea de los años cuarenta y lo heredé de mi tía abuela. Se llamó Negra Lamas y fue la mujer mas elegante del mundo.

Sweatercito de lana de Kenzo. Lo amo porque lo usaba mi tía abuela y también por su bellísima estampa, el colorido y la lana abrigadísima. Lo sigo remendando y usando!

Tapadito en rayas azul marino y crudo. también heredado de mi tía abuela- Negra Lamas-. Una locura de la emblemática casa de modas Marilú Bragance., de Buenos Aires y corresponde a fines de los 50’s a comienzos de los 60’s.

Uno de mis diseños de 1993, cuando aún era una estudiante de la FADU. Consiste en un blazer de hombre comprado en una tienda de segunda mano e intervenido en su solapa mediante el uso de papeles, hilos, tul, fotos y barniz. Por entonces fue parte de una mini colección que presenté en la galería del restó Filo, junto a las diseñadoras Turquesa Topper, Silvina Sícoli y Andy Nistal.

“Esta es una intervencion que hice para Levi’s en la década de los 90’s, fusionando un transfer con una imagen de una chica de los años 20’s y cristales Swarovski. La acompaña una carterita petit point que heredé de mi abuela Porota”.

La camisa que diseñé e hice a medida para Gustavo Cerati, en el contexto de uno de los calendarios del calendario “Aves del Paraíso”, dirigido por la fotógrafa Gaby Herbstein. Lo realicé en lino, mantel antiguo y un monograma estampado con sus iniciales: GC.

El perfumero del Sagrado Corazón que uso muchísimo. Me lo compré en la tienda de un excéntrico anticuario de Buenos Aires.

Todas las imágenes son una gentileza de Laura Valenzuela y pertenecen a su archivo personal.