La conversación sobre su actual tienda/ galería de diseño en Chacarita- situada en Jorge Newbery 3618- y las que la precedieron ilustran un recorrido por la historia del diseño de autor en la Argentina.

Su actual hábitat de trabajo es una tienda- galería de diseño que se extiende entre una encantadora cocina, un patio, su estudio de diseño y el showroom hasta la vereda de la calle Jorge Newbery 3618 y compone un lounge multipropósito con sillones vintage cuya morfología exalta los colores óxido al tono de la paleta de marrones imperante en los textiles de la colección de Nadine Zlotogora. El espacio, realiza periódicos encuentros en formato Pop- Up, durante los cuales interactúa con diseñadores de otras disciplinas,( de joyas, a carteras urdidas con técnicas de reciclaje, flores y gastronomía) y a partir de julio va a sumar un ciclo de talleres de diseño y otras disciplinas..
Puertas adentro se percibe que los exhibidores fueron realizados con columnas de madera de construcción, que los estantes fueron reciclados de anteriores estanterías y que las cadenas que penden como ornamento pertenecieron antiguas persianas métalicas. Además se aprecian los conos de madera afines a hilanderías textiles dispuestos tanto como ornamento y como perchero utilitario. Un dato ineludible en su biografía señala que antes de estudiar Diseño de indumentaria y textil en la Universidad de Buenos Aires y erigirse en un icono de la moda de autor de comienzos de 2000, Nadine fue Maestro Mayor de Obras. Al título lo obtuvo como consecuencia de sus estudios secundarios en la Escuela Técnica Ingeniero Huergo. Y esa formación de su juventud sumada al background de diseño se percibe en cada decisión y gesto de la tienda Nadine Zlotogora, situada en el ascendente barrio de Chacarita.
La diseñadora destaca además las influencias de su abuelo materno, apodado Pepé, un inventor que trabajó en diseños de los paragolpes para Citroën en la Argentina, voló junto a Saint-Exupéry, y aproximó tanto a ella como a su hermano Román- el creador de la firma de bicicletas y otros rodados de Polanskiworld- a un fabuloso mundo de invenciones y de artilugios mecánicos.
” Mi ropa tiene aspecto de otros tiempos , muchas veces escucho que quienes pasan por el local, al ver la vidriera piensan que vendo ropa usada o que hago vestuario para cine y teatro. Si bien algunas veces me molestó ese comentario, luego entendí que tiene que ver con mi interés por el diseño, la sastrería y en especial porque yo uso telas argentinas de otras décadas, algunas tienen treinta años”.
En el invierno de 2022 Nadine está bocetando un nuevo proyecto- cápsula de diseño que decidió postergar ante la escasez de talleres pero que sin duda va a ejecutar en temporadas venideras. Como consecuencia de la pandemia las firmas de la industria que solían recurrir a talleres de Oriente, volvieron a convocar a los talleres y modelistas locales. Y acto seguido los diseñadores independientes y con producciones más acotada enfrenten un nuevo obstáculo. De todos modos, a diario difunde desde sus redes los nuevos diseños que desarrolla en el taller propio: ” “Tapado Patch, vestido tramado con cola 100% algodón, estampa propia “. O bien “Vestido paracaídas a cuadros sobreteñidos”, “Vestido camisero buche + Capa cuadrada 100% lana; Falda campo negra + Buzo en tela plana concuello asimétrico” son apenas algunos de los hits que se exhiben en su cuenta de Instagram .
Aquí y ahora, Nadine profundiza en su método y enuncia; ” tiño desde siempre mis propios textiles, armo y desarmo prendas, considero que si no incorporo esa metoldología voy a terminar el archivo de telas que conservo y ya no podría seguir haciendo la sastrería que ejecuta mi sastre. Considero que mi moda es sustentable, porque continúa en el tiempo. Así como con los descartes de varias coleccione hice piezas que simularon un vivero textil”.
Otras señas particulares de su estilo, remite a las tramas textiles:”El tejido es una parte importante en mi historia, mi abuela paterna tejía y su casa estaba absolutamente vestida con piezas de crochet, de las pantallas para las lámpras, a las macetas, los almohadores, mi infancia fue muy abrigada y en diversas colecciones revisité gestos y recursos del álbum familiar” me dijo la diseñadora circa 2005 y en una entrevista para el diario Página 12. Por entonces agregó más indicadores de su estilo propio: ” lo construido con tules, hilos y telas que componen nuevas texturas. Considero que mi ropa tiene algo de lujo velado, remite a algo que fue lujoso en otro momento y ya no lo es”.

Ua bitácora del estilo Nadine Zlotogora indica además que en el invierno de 2001 cuando debutó en BAFWEEK , recurrió a un simulacro de bosque dispuesto en la pasarela y que dispuso pompones aún sobre patitas del perro de una vecina. Agrega que la colección del invierno 2003 tuvo como leitmotiv las consecuencias de la Posguerra en Europa y derivó en la realización de faldas emulando adminículos paracaída y un print camouflage realizado con estampas de flores; la puesta en escena admitió una pasarela mullida de cartones ( como gesto político y en pleno auge del movimiento cartonero como práctica de supervivencia tras la crisis de 2001 en Argentina) y además la presencia de un violinista que ejecutó un hilo sonoro para la ocasión. Por otro lado la campaña gráfica de la colección se había fotografiado entre los escombros de un ph contiguo a su tienda.
Ciencias naturales
En noviembre de 2016 Nadine Zlotogora fue una de la diseñadoras convocadas para participar de un ciclo sobre Diseño e innovación en Texil, realizado por el Ministerio de Ciencia y Tecnología de la Nación en el C3, curado por Florence Arguello y Andrea Servera. Por entonces, su coequiper fue la bióloga Silvana Sede, la directora del Instituto de Botánica Darwinion y juntas desarrollaron un traje pintado con musgo. En relación al proyecto contó Nadine: “La idea es hacer un vestido en una tela que en 1970 se usó para fabricar mangueras de bomberos, es muy gruesa, la hidrolavé para verificar que fuese impermeable, y para la morfología me estoy basando en una moldería con forma de espiral . La consigna es pintarlo con musgo. Me gustaría que esté exhibido durante un año y que tenga un sistema de riego que permita reflejar su transformación en el transcurso de cada temporada”.
“Cerré mi local de la calle El Salvador unas semanas antes del nacimiento de Astor- su hijo de 9 años- , estuve en tratativas para abrir un local en Tigre que no se concretó. En los primeros años de crianza realicé encuentros de diseño y ventas junto a mi amiga, la diseñadora Cecilia Gadea, en su atelier de la calle Borges. Pero en 2015 encontré un local en este vecindario, ya no soportaba tener el taller dentro de casa”.
Allí además de dar talleres de diseño, volvió a conectarse con sus clientas y forjó lazos con el vecindario. No es caprichoso entonces que sentencie: “Me considero una persona de barrio, saludo a la gente con la que me cruzo seguido aunque no sepa sus nombres , a la estilista Victoria Fraidenraij la conocía de cruzarnos en la plaza Mafalda y nunca habíamos conversado pero cuando empezó la pandemia, en el momento de mayor incertidumbre de 2020, y en que se empezaron a cerrar los negocios e ignorábamos lo que iba a seguir, me puse a hacer cubrebocas luego de que un vecino me pidiera algunos para los trabajadores de su restaurante. En esos días Victoria me vio en la calle y me preguntó ¿ y ahora que vas a hacer?¿Vas a vender online? Le dije que yo no vendia online,que mis clientes acostumbraban ver y tocar las prendas en el local , pero ella me sugirió que hiciera fotos para empezar a vender en la modalidad virtual. Me preguntó si me animaba a darle mis prendas y le dije que claro que sí.! Ella empezó a sacarse fotos con mis diseños y componer un estilismo y cada día me mandaba una toma distinta para que las subiera a mis redes Fue mágico lo que pasó”.
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