
Derivadas de las camisas palaka –dícese de los modelos con mangas cortas y estampados de líneas geométricas que supieron usar los trabajadores en plantaciones de frutas tropicales de Hawái y que fueron recreados con sobrantes de telas para kuimonos– las camisas hawaianas irrumpieron a mediados de 1930.
Su artífice fue Ellery J. Chun, quien con la premisa de acrecentar las ventas de la tienda de su familia, en 1936 urdió los primeros doce modelos y los dispuso en la vidriera del negocio situado en King Street; con el apodo “camisas aloha”, las sugirió como souvenir para que los visitantes a las islas llevasen de regreso a sus hogares. Y las bautizó con el término Aloha, que es el que suelen utilizar los hawaianos para saludar y bendecir a los turistas y visitantes de la isla.
Pero la estrategia del visionario Chun fue perfeccionada a fines de 1940 por Alfred Shaheen, un ingeniero hijo de inmigrantes libaneses que se dedicó a la realización de nuevos textiles con la premisa de fusionar la estética de Oriente con Occidente.
Desde su fábrica se realizaron las camisas favoritas de Elvis Presley, pero también una gran diversidad de vestidos de noche, visos y sarongs atiborrados de flores, además contrató a estudiosos en textiles étnicos para que viajasen por el mundo cual coolhunters, ideó diversos tonos metálicos para estampas y creó varias sublíneas apodadas Surf & Sand, Shaheen of Honolulu y Burma Gold Paints, que devinieron en las etiquetas más requeridas por quienes en 2016 coleccionan piezas del imaginario de Hawái.
Otro de sus aportes remite al desarrollo de las primeras tiendas pop-up: desde la fábrica ideó cuatrocientas pequeñas tiendas transportables y listas para armar, que se dispusieron en las tiendas de todo el mundo que comercializaron sus prints
Si bien en diciembre de 1951 el presidente Harry Truman posó en la portada de la revista Life con una camisa hawaiana blanca con estampas austeras, una década después y desde el film Blue Hawai, Elvis Presley devino Santo Patrono de la Camisa Hawaiana: en la comedia y musical desfiló infinidad de camisas con flores y el vestuario fue ideado por la experta Edith Head.
Otros devotos de las estampas con frutos exóticos, danzas hula y palmeras implícitas en el ADN de las camisas hawaianas son Al Pacino en el film Scarface (Brian De Palma, 1983) y también en los años ochenta y en su rol de detective de la serie Magnum –cuya trama transcurrió en Hawai– el actor Tom Selleck ilustró los modismos kitsch alrededor de la camisa: dictaminó el uso de varios botones abiertos que dejaron las sus cadenas de oro y plata que ornamentaban su cuello y caían sobre el torso.

