“Chic, memorias ecléticas” Por Felisa Pinto (Lumen, 2022), 345 páginas.

La descripción de los tacos carretel y el largo de la falda de su madre que se desprende de la fotografía que documentó su bautizo. El elogio de los kimonos hechos con cretonas que cada carnaval vistió junto a su hermana Maru y que les valió el apodo “Las Japonesitas” en las celebraciones de Totoral (el pueblo de Córdoba donde Felisa Pinto creció y pasó los primeros años de su infancia). La trenza larga y el diente de oro de la cocinera Doña Jera . Del vestido para su boda con el músico de jazz Rubén Barbieri al retrato que le hizo Alejandro Kuropatwa para promocionar su incursión en los perfumes y su devoción por el agua de nardos. No son modismos deslizados al azar, cada uno de ellos es fundamentado y narrado de moda exhaustiva . De ahí que Chic, las memorias eclécticas de Felisa Pinto compone un libro maravilloso, de lectura imprescindible para entender la moda y la cultura del siglo veinte,su interacción con la música, el arte, el diseño, así como también el hedonismo.
Unos y otros vaticinan el oficio de narradora y cronista que la autora desarrolló en temáticas tan diversas como la moda, la música dodecafónica, el jazz, el arte concreto la gastronomía, la labor de perfumista y de letrista para Virus (escribió las líricas de “Soy Moderno no Fumo”, por encargo del músico Federico Moura.
El apartado Vidas propias con sus subramas denominadas Totoral, Paraguay 1520, Una chica moderna, Entre Primera Plana y la Manzana Loca, entre otras, se erige en una autobiografía de moda y modos.
La trama sin una palabra de ficción transcurre entre 1935 y la actualidad. El libro fue escrito durante cinco años en los cuales recopiló su extenso archivo periodístico y fotográfico . En semejante misión Felisa desarrolló un proceso de escritura tan laborioso como chic que ofrece varias capas de lectura. Si fuera un vestido, sus puntadas de escritura se podrían comparar con el corte al bies urdido por Vionnet . La autora lo publica a sus noventa años, y tal como destaca en el “Preludio” dejó de aplicarse tintes cosméticos para dejar lugar el silver hair
Además durante la pandemia, pidió a su sobrina nieta Belen Poviña que la fotografiase con la camisa gris que conserva de una colección de Madame Frou Frou circa 1971 yque planeaba donar a Museo del Traje ( se la puede ver en el corpus de la muestra “Quién es quién: un breve diccionario del Museo del Traje) y acto seguido la envió por e mail, su entre todos sus amigos como postal de una época.
La trama de “Chic” hace lugar a un corpus de extravagancias genuinas, refiere tanto a cuando a sus cuatro años, su cabeza esculpida en yeso por María Carmen Portela, la artista a la que recuerda usando pantalones, y sujetando un pañuelo de mano blanco bordado en rojo con el martillo y la hoz que indicaron su pertenencia al partido comunista y representaron un ardid fascinante “ante los consabidos escapularios, crucifijos y pañuelos bordados con encajes que solían usar sus tías”.
La morada de su infancia fue la antigua casa de la abuela materna que congregaba a sus padres, Julia Rusiñol Frías, una mujer tucumana que solía vestir ponchos cortos y guantes largos de gamuza y Hernán Pinto Bouquet ( un músico tan erudito como seductor), a las tías, a una veintena de primos, un tío fray al Obispo de Tucumán y que interactuaba con la casa vecina habitado por el escritor Rodolfo Araóz Alfaro quien se había desempeñado como secretario del Partido Comunista. Denominadas respectivamente El Vaticano y El Kremlin a modo de ironía entre los habitúes tales fueron los primeros salones sociales en que interactuó Felisa. En la adolescencia y en la juventud concurrió a las fiestas más elegantes de Buenos Aires, así como a clubes de jazz, bares, fue corresponsal en París de la revista Atlántida y se hospedó en la casa de Lita Cirés, una amiga de la infancia cordobesa que fue madre de la modelo y diseñadora Inés de la Fressange.
En el Swinging Sixties y en Buenos Aires, Pinto tuvo una tienda llamada Etcétera en la Galería del Este, cuyo interior estuvo pintado de negro y reunió objetos vinculados con los artistas del Instituto Di Tella. Por entonces ya era columnista de moda y artífice de un estilo que renovó el lenguaje de la crónica de moda. A propósito de las señas particulares de su estilo, sentencia:” “Con aquellas notas y con “Extravagario” descubrí o reinventé la crónica de modas. Hasta ese momento, en las redacciones de los diarios sólo había algunas pocas cronistas a quienes se les pedía que fueran a los desfiles y contarán qué se usaba, sin entrar en detalles, aunque eran muy eficaces en la información hasta la última puntada. Por mi formación cultural, seguramente agregué datos y referencias de otras artes, y aprendí que escribir el epígrafe de una imagen podía transformarse en un subgénero literario“.
Luego experimentó el vértigo de editar cuatro páginas diarias para el diario La Opinión, también editó una revista llamada La moda,(desde la cual difundió las colecciones europeas entre las firmas de la industria argentina) y que fue su cobijo durante la dictadura. No en vano el poeta Juan Gelman le dijo en varias ocasiones: “A vos te salvó el canesú”! Unos años más tarde continuó divulgando extravagancias desde la sección Eureka del suplemento Moda y belleza de La Nación y a comienzos de 2000 retomó con sus crónicas y rescates para los suplementos Las 12 y Radar del diario Página 12.
Felisa fue influencer mucho antes de que se acuñara esa palabra. Sus referencias tanto a las joyas de Marcial Berro, los collares pintados por Juan Gatti, los súeters de Dalia Puzzovio , los vestidos avant garde de Vanina de War, de Fridl Loos o de Rosita Bailón dictaminaban usos y costumbres. Además ofició de curadora en el Di Tella en relación a una colección “Ropa con Riesgo” de “Pablo y Delia” ( la firma de Delia Cancela y Pablo Mesejean) . A comienzos de 1990 continuó con su ojo afilado para los nuevos talentos, al curar desde el ICI, la muestra “Moda al Margen” y en 2005, previo al furor de la moda folk, eligió homenajear a Mary Tapia con una retrospectiva desde el ciclo Malba Moda a la que denominó “Moda con identidad criolla” y en la cual colaboré en la curaduría.

Su gusto por las etnias y la incursión en el diseño de modas no son ajenos a su biopic : “Fui una especie de adelantada en materia de accesorios étnicos, y eso me dio un toque de exotismo, un atisbo de gusto independiente que atrajo la mirada de algunos profesionales de la moda. Uno de ellos fue Jorge Iotti, dueño de la Casa Iotti, celebérrima tienda de ropa para hombre ubicada en Callao y Santa Fe, que un día de 1957 me pidió que diseñara una línea para mujer, propuesta que acepté con la mayor de las audacias. Fue mi primera y única incursión como diseñadora de modas. Propuse presentar mi colección, a mannequins no profesionales, amigas cercanas y bonitas: Iotti me dio más de cien metros de seda natural con los que hice una colección de veinte prendas. Busqué a un zapatero armenio que vivía en Villa Luro para que hiciera una línea de sandalias de inspiración caribeña. Hice pantalones pescador angostos con chaquetas cortas, muy Audrey Hepburn, y vestidos de tejidos flojos en color bronce, una sofisticación que emulaba las cotas de malla, cuya confección encargué a una amiga que tejía con una máquina Knittax y con la que también hice trajes de baño tejidos, sin forro, que recuperaban el modelo enterizo con toques flapper de los años veinte. Mi primera clienta fue Luisa Sofovich, mujer de letras. Su marido,el escritor español Ramón Gómez de la Serna.Estaba tan fascinada con mi flamante rol de diseñadora que cuando Julia Constenla y Pirí Lugones, que dirigían Damas y Damitas , quisieron retratar mi colección de trajes de baño, acepté el desafío y aparecí luciéndoslas en las fotos de la revista”.

Con un palazzo pijama de seda natural amarillo, de la misma colección. 1957.
Refiere además a su amistad con el escritor Manuel Puig- a quién en 1969 sugirió ilustrar la portada de Boquitas Pintadas, su segunda novela con una imagen tomada de un viejo ejemplar de la revista La Gazette du Bon Ton. Fueron cómplices alrededor de las descripciones de moda y el cine clásico en funciones tanto en Buenos Aires como en el cineclub hogareño de Puig en Río de Janeiro circa 1976. Y en casión de un cumpleaños en Buenos Aires, Manuel Puig la homenajeó con un poema-discurso escrito por él mismo; cuyo manuscrito se reproduce en las páginas 184 y 185.
“¡Señoras y señores! Me van a dedicar un minuto de atención porque voy a hablar de una gran mujer. ¡Reina! (dice Kado)¡Santa! (dice Marcial)¡Amiga! (decimos los más antiguos)¡Porque voy a hablar de Felisa! ¡Fela! ¡Salife! ¡Madame Escaparate!
Pionera de la liberación definitivadel alma argentina!
Todos aquí reunidos te queremos desear¡feliz cumpleaños, Felisa chérie! ¡felices amores!
¡Feliz Exposhow! Simplemente… que los cumplas muy felices…Por pionera, the look is you!
Hmm… the look is you, cuando the look is Felisa¡Mujer de carrera! ¡Pionera!
Pionera en la moda y en la vida,mujer de carrera que no olvidóque tenía un corazón (bis).¡Qué viva!, dicen las mujeres, se viste a su modo, the look is you.
¡Qué viva! porque todo le queda bien.

Si Felisa anoche de cretona se atavió dentro de 2 años qué moda vendrá ya sé yo…
¡cretona!Y atención que estamos chez del Canto, glamour por doquier,llega Chiquita, ¡qué bochorno!, pero es grande lo mismoChiquita T., y allí llega Egle¡divina! aúllan las folles, y Mary Lobato ¡qué sencilla, saluda a todos, siempre tan natural!
Y la señora Libertad Leblanc, ¡más que divina! aúllan las folles, pero por qué todas empalidecen, porque aparece una mucho más fuerte luz mucho más fuerte
Salife… in african look!Pero yo, inquisitiva, quise averiguar el secreto de tanto esplendor e inicié una investigación…
Me respondieron…
Salife en su boudoir obliga a soñar pero solo bañada en un rayo de lunahace el amor…¿Y las noches en que no hay luna? Con luz del televisor, luz plateada del canal 2, 7, 9, 11, 13,
todos son números de la suertecuando es ella quien recibe los rayos del televisor…
Felisa, Fela, Salife, Madame Escaparate,
Pionera de la liberación definitivadel alma y del cuerpo argentinos ,
¡que los cumplas muy felices!”

El apartado “Vidas Ajenas” compila algunos textos publicados por Felisa Pinto en diversos medios : Eugenia Errázuriz: pionera del minimalismo, Victoria Ocampo, Mary Tapia , la antropóloga de la moda . Marilú Marini, Dalila Puzzovio y Charlie Squirru: bienes gananciales, Juan Gatti: el duque blanco ,Marcial Berro: lujo y memoria y Pablo Ramírez con toque Lubitsch.