Los disfraces y atavíos de Alejandro Ros

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El eximio diseñador gráfico- autor de infinitas portadas para músicos argentinos – , director de arte de los inicios y el apogeo de los suplementos del diario Página 12, alude a su relación con la moda y en especial a su devoción por las fiestas de disfraces. Porque las fiestas de disfraces organizadas por Ros para su cumpleaños o el carnaval son un hito en la agenda social de Buenos Aires.

En el primer lugar de un hipotético top five de la trama afectiva implícita en su placard, Ros prioriza un disfraz:

 

“Elegí a Mary Poppins, mi look para el baile de disfraces que organizo todos los años. Me encanta bailar disfrazado, y que estén todos en la misma. El disfraz nos transforma en otro, es una droga, altera el ser y uno baila más libre. Es como ser parte de un sueño o de una pesadilla. Lo hice con cosas que tenía en mi casa, que compré en ferias de segunda mano

Foto: autorretrato de Alejandro Ros

Ensamble de cuello de piel y un saco Prada vintage: “A mi cuello de piel también lo compré en Tokio y en la calle.Es suave y cálido, tal vez resulte incorrecto para quienes condenan el uso de pieles pero estoy harto de la extrema corrección política. Al cuello lo combino con un saco Prada de segunda mano. Jamás pagaría lo que vale originalmente. Considero que es inmoral gastar tanto en vestirse”.

Kimono a modo de atavío de entrecasa.

A mi kimono lo compré en un viaje a Japón en un puesto en la calle. Lo uso mucho en casa para estar cómodo cuando recibo a mis amigos”

Estilo guayabera según Ros.

Camisa blanca símil guayabera:  Acerca de la camisa algodón blanca comprada en el M 4 ( el Mercado Central de Asunción del Paraguay)que comercializa guayaberas y manteles de ñandutí, entre muchos otros productos, la eligió “por su buena calidad para las masas”.

La nota musical oculta. Foto: Alejandro Ros

Una nota musical a modo de bordado: ” La encontré en una tienda de ropa usada en Nueva York. Me gusta su cuello en otra tela, ¿raso tal vez? También la elijo entre mis prendas favoritas  porque debajo del cuello tiene bordada una nota musical que nadie ve”.

Campera blanca de democrática procedencia, que el músico Gustavo Cerati pidió prestado a su amigo y diseñador A Ros cuando lo fueron a fotografiar para la revista Rolling Stone. “Gustavo me pidió prestada la camperita que llevaba puesta ese día porque no le gustaba nada del montón de ropa que le habián llevado para la sesión. La había había comprado hacía más de veinte años en Tucumán” , rememoró Ros y asi ilustró otra de sus influencias en la escena de la música en la Argentina.

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