Un rescate de imágenes del archivo Tiburcio González Rojas, el fotógrafo cuyo estudio itinerante se compuso de una cámara 6×6, un flash de magnesio , una tela blanca para improvisar fondos y una moto BMW.

Sucesos de moda rescata algunos de los estilos que el paraguayense Tiburcio Gonzalez Rojas documentó entre 1969 y 1980 desde su oficio de fotógrafo de sociales y cuando documentó estilos espontáneos tanto en bailes, fiestas patronales , bodas, elecciones de reinas y funerales de los poblados del Departamento Central del Paraguay. Las imágenes fueros rescatadas mediante un minucioso trabajo de recuperación y de lavado de los negativos de González realizado por el fotógrafo argentino Gustavo Di Mario, luego de escuchar referencias del fotógrafo de sociales durante una residencia artística en Asunción.
González Rojas tenía por entonces una pequeña cantina junto al lago Ypacaraí, Gustavo se dirigió a la cantina para conocerlo y estableció los primeros lazos. El fotógrafo de sociales le reveló que que su archivo fotográfico había sido confinado en un galpón semiderruído por una tormenta. El acervo recuperado por Di Mario consistió en cinco mil negativos que fueron editados junto a la mirada atenta de Virginia Giannoni. Algunos de ellos se exhibieron en la Argentina en 2017 en la Casa de la Cultura Popular de Barracas y luego en Paraguay, por primera vez en una muestra de la Fundación Texo.
En la actualidad y luego de la muerte de Tiburcio, acontecida en 2021, la colección fotográfica que ilustra el Paraguay de antaño está al cuidado de Gustavo Di Mario y de los familiares de González Rojas.
Entre sus retratos de familias, asomaron los preparativos domésticos para bodas: el tocado de flores portado por la novia pareció replicar los pétalos que adornaban una democrática cortina dispuesta como telón de fondo; otra toma hiperrealista documentó el altar hogareño situado junto al catre de una pareja devota de la virgen de Caacupé. Pero también hizo lugar a un cool hunting entre jóvenes de la región: según el registro una pareja posó sobre la moto del fotógrafo- ella con un viso con estampas y los pies descalzos , él con un traje gris, una corbata y zapatos acordonados –, otra pareja fue retratada en su bicicleta: ella con un vestido a rayas y aros colgantes, él con una camisa y un pantalón color arena , el fondo fue un cerco de ligustrinas.
En cuanto a los estilos espontáneos en interiores, me cautivó una sesión de moda sin artificios en una peluquería rural junto a un secador de estética fifties que se erigiócomo una nave espacial sobre el piso de ladrillos: la singularidad indumentaria fueron n los mocasines negros en punta que portó la modelo,porque la mayoría de las retratadas de González hicieron de la ausencia de calzado un manifiesto, a la usanza de Isabel Sarli en el film la Burrerita de Ypacaraí.

“En ese momento la gente de mi país no estaba al tanto de la vestimenta, los que me llamaban para que los fotografíe en sus casas se arreglaban para la foto Yo tenía mis artes, empecé fotografiando a mis amigos en los bailes, disponía las luces en distintos sectores y de repente los demás bailarines me pedían que los fotografíe. Cuando me iba de las fiestas, alrededor de las dos de la mañana las revelaba al día siguiente vendía las copias” contó Tiburcio en una entrevista realizada en 2017. Por entonces tenía 84 años y asistió a la entrevista vestido con un traje blanco realizado por el sastre Higinio Cáceres.
Mientras que en 1965 la fotógrafa de Playboy Bunny Yeager retrataba a Betty Page en una playa de California con alguna bikini de su extensa colección, puertas adentro de algunos modestos hogares de Ypacaraí, González Rojas fue requerido por clientas que querían estrenar sus trajes de baño mediante fotografías. Algunas requirieron que las tomas se hicieran en interiores: con ese criterio una joven documentó su trikini con estampas y otra posó con un bañador negro y retro sobre su cama.
