Desde 1980 el fotógrafo Miguel Esmoris realiza las campañas para las principales firmas de la industria. Así conoció a Néstor Goldberg, creador de la marca de ropa masculina “Key Biscayne”y autor de esta entrevista.. Colaboraciones mediante, cimentaron una amistad que aún permanece y que reflejan en la conversación.


¿Cómo fue tu primer encuentro con la fotografía?
-La afinidad con la imagen fue dándose desde mi infancia, con el cine, las revistas de espectáculos de Hollywood, que todavía me pregunto cómo en 1960 llegaban a San Miguel de Tucumán, mi ciudad natal.. Pero en mi adolescencia un hecho trágico me hizo heredar un equipo fotográfico. A mis 18 años con ese instrumento comencé a desarrollar un feeling con mi mirada, me volví más observador. Pasé varios años en el ejercicio de fotografiar personas anónimas, la arquitectura y rarezas de todo tipo, sin un sentido comercial. Considero que así fui educando mi mirada y finalmente en los años 80 llegué a trabajar en una productora de cine publicitario y como responsable del departamento de casting. A través de la cercanía con las agencias de modelos y las modelos, aprendí a comunicarme y dirigir, luego de leer el lenguaje corporal. Me enamoré de la moda como una forma de expresión.
-¿Por qué elegiste a la moda para expresarte?
– Por la belleza que se produce entre los actores, artistas que componen un staff para realizar un shooting. De los diseñadores que realizan las prendas a los modelos, los productores, los maquilladores, vestuaristas, escenógrafos. El uso de la luz es el componente principal de mi estilo. Tener la responsabilidad de producir una imagen que genere un motor de trabajo y quienes participan para que sea perfecto dispara una adrenalina muy intensa y genera un compromiso hermoso.
-¿Cuándo y cómo empezaste a fotografiar campañas de moda?
-Luego de mi experiencia en cine publicitario y de saber producir y realizar, en 1984 logré hacer un book personal de trabajo. A partir de allí me dediqué a mostrar un trabajo diferente al que se hacía en la industria local y que tuvo gran aceptación entre algunas marcas que querían hacer la diferencia. como “Key Biscayne”, tu marca, o con “Caro Cuore” de la familia Drescher. Luego se sumaron “Vitamina”, “Yagmour”,” Motor Oil” y otras, pero la editorial es mi pasión, me dio libertad para expresarme Trabajé para las revistas Para Ti, Cosmopolitan, V de Vian, Sophia, El planeta urbano, Elle.



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¿Qué es lo que más te emociona cuando haces clic en tu máquina?
– Cuando todo está bien, cuando la maquilladora hizo un trabajo comprometido y la modelo tiene un momento luminoso, la ropa tiene un buen corte y la inspiración de una buena estilista combina exquisitamente con la ropa es un momento de goce, de emoción y de adrenalina; se siente todo muy bien es la bendición de hacer lo que te gusta. Pero no siempre es así, hay malos días y los imponderables están siempre, pero cuando trabajas con gente que disfruta del trabajo es todo placer, vos lo sentís la cámara lo vibra y el negativo, ahora un archivo RAW o NEF, imprime ese goce.
¿Cuáles considerás que son las diferencias entre esa época y la actualidad en cuanto al uso de la tecnología?
– Las diferencias son tremendas, todavía atesoro mis archivos, tangibles, uno tenía muchas formas de configurar un revelado, medir la luz, y concentrarse en cada fotograma, en cada clic, era hermoso en romper una caja de rollos frescos y saber cuál sería el mejor para cada situación. Algo muy determinante es que un fotógrafo de la Argentina tenía el mismo equipo de cámaras y luces que el mejor fotógrafo top del mundo; pero en la actualidad la cámara de un fotógrafo top cuesta el equivalente a un departamento de un ambiente. La carrera con la tecnología es constante. Considero que las sesiones de fotografía de ahora son frías El retoque, hecho por un buen profesional es tan costoso como si sacaras con rollo, que era toma directa, Pero en en las sesiones de fotos de ahora, el clima es más frío; en la sala de maquillaje tenés personas que se hacen selfies y no reconocen el entorno. Resultan muchas fotos para seleccionar y que reflejan poca conexión. Claro que de vez en cuando hay imágenes sorprendentes.
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uando nos conocimos en 1998 en mi local de la calle Migueletes me llamó mucho la atención la carpeta gigante que trajiste para mostrarme . Tenía fotos espectaculares.
-Recuerdo que fui a verte con mi amiga Laura Raffo, la vestuarista que nos presentó y quien por entonces era mi socio, Víctor Wolf. A los pocos días fotografié tu colección de invierno y desde entonces siempre trabajamos juntos.

