La historiadora Emilia Müller Gubbins conversó con Sucesos de Moda, acerca de la muestra curada por ella y que el Museo Histórico Nacional de Chile- Plaza de Armas 951 – exhibe hasta el 20 de mayo de 2023.

Una primera impresión al iniciar el reccorrido por la muestra cobijada por una gran vitrina remite a la ausencia de prejuicios para mostrar en conjunto tanto una camiseta roja que fue usada por un atleta contemporáneo, atuendos mapuches, las vestimentas de Javiera Carrera Verdugo, quien participó de coser la bandera de Chile luego de su independencia y vestidos en azul cerúleo circa 1890 y procedente de la firma francesa Jacques Doucet

La curadora Müller Gubbins , señala:”Es un recorrido por el acervo de la Colección de Textil y Vestuario del Museo Histórico Nacional . Consiste en una gran vitrina que a su vez se separa en cinco secciones y que pretende destacar la importancia del vestuario como documento histórico. En conjunto intenta exaltar la relevancia del resguardo y el estudio de este acervo conformado por más de 4.500 piezas. Porque el vestuario ofrece una valiosa perspectiva de interpelación histórica que permite examinar un sinnúmero de cambios asociadas con el cuerpo, el género, la sexualidad, la identidad nacional, la relación entre lo público y lo privado, el consumo, el fenómeno de la moda ”
El relato de “Pasado de moda- historias de una colección ” se divide en una sección introductoria relacionada con el origen y desarrollo de la colección textil y sus principales características, continúa con el desarrollo de cinco cápsulas temáticas y por último, una sección asociada a la labor de la conservación textil. En adición, se pensó un espacio interactivo que generaun diálogo con el presente.

A modo de una gran tienda departamental, la vitrina se separa en cinco secciones, de “Protagonistas de la historia” a “De lujo”, pasando por “Trajes sagrados”, “Entre la uniformidad y para concluir en “Una segunda piel”,. Unas y otras fueron donadas por hombres y mujeres del acontecer nacional en Chile, o por sus familiares y amigos.
ContinúaEmilia Müller Gubbins (la curadora que luego de estudiar historia en Chile, se especializó en teoría e historia de la moda en la Universidad de Nueva York, donde su tesis de Doctorado en Historia, hizo foco en la relación con la moda de las mujeres chilenas entre 1850 y 1920): “A través de sus prendas se celebran, resguardan y revisitan sus vidas y memorias. Mientras que permite apreciar las piezas vestimentarias de “héroes nacionales” como Javiera Carrera y Arturo Prat, la exposición temporal quiso poner en valor a de figuras, que también son reconocidas pero provienen de la cultura, el deporte y la ciencia. En segundo lugar, la sección “De lujo”, la premisa responde a cuestionar este concepto y entenderlo en diferentes contextos y tiempos históricos. Estas prendas revelan entre otros fenómenos, de qué forma la abundancia y el poder, tanto civil como eclesiástico, se expresaban a través del vestuario, y como también algunas veces los caprichos de la moda han implicado una cruel y poco regulada explotación de la naturaleza. Se hace hincapié en la importancia de la marca, la firma del diseñador, que surgió a fines del siglo XIX y en como permanece hasta la actualidad”


¨Por otra parte el apartado “Entre la uniformidad y la distinción”, busca explorar la definición del uso social del uniforme y rol que ocupó socialmente en el pasado. Se aprecian tanto los uniformes escolares, los uniformes de enfermera, los uniformes de bomberos, aviadores y militares, como también el uniforme de la “cantinera” así se denominó a las, mujeres-soldados que participaron en la Guerra del Pacífico. Pero también se exhibe el uniforme de azafata de la línea norteamericana Branniff que fue diseñado por el italiano Emilio Pucci y expresa la sofisticación y el chic que se asociaba a las azafatas durante 1970. La cuarta sección, “Trajes sagrados”, remite a las prendas asociadas con los ritos religiosos y que marcaron los ciclos de la vida en una sociedad profundamente católica como la chilena. Alli cobrar protagonismo prendas para rituales del Bautismo, la Primera Comunión, el Matrimonio y el Luto.
Finalmente, la sección, “La Segunda piel” se hace eco de los cambios que reflejaron las prendas prendas interiores a la hora de moldear el cuerpo y expresar la relación entre erotismo y pudor entre los siglos XIX y XX Las trece piezas son las que ilustran diversas tipologías en torno a la ropa interior, pero también aquellas que estaban en mejores condiciones de conservación”. Una de las más exquisitas es el corsé utilizado por una novia realizado mayormente en seda, adornado con finas y delicadas cintas. Creo que son en su mayoría piezas bastante vigentes, quizás con la excepción del calzoncillo de hombre que está elaborado en una tela un poco tosca. Hay una excepción, los calzones abiertos utilizados en el siglo XIX y principios del XX, esos han sido totalmente reemplazados”.

-¿Qué roles desempeñaron y siguen representando: las ropas religiosas y cuáles son tus favoritas de semejante apartado?
-Si bien se perdieron algunas de estas tradiciones vestimentarias que eran fundamentales en las familias católicas, el vestido de novia blanco sigue presente en el imaginario social, mientras que los trajes de bautismo y primera comunión se han simplificado. En el pasado cada una de estas piezas funcionaban como importantes indicativos de clase social, considerando que en su mayoría se usaban para una sola ocasión, sobre todo en el caso de las novias, porque los otros podían ser compartidos por varios miembros de la familia. Mi favorito es el manto negro de misa, de inspiración morisca, que fue una prenda fundamental en la vida cotidiana de la mujer chilena desde la Colonia, pero que principios del siglo XX, se transformó en un emblema de la identidad nacional. El uso del manto fue también prenda obligatoria en la rigurosa etiqueta del luto que todavía prevalecía con fuerzas en aquella época. Fue usado por mujeres de diferentes clases sociales, pero las más elegantes usaban unos mantos amplios de seda con bordados de motivos orientales que eran importados directamente desde China.
Finalmente, al final del recorrido asoma una pequeña recreacion de las áreas menos visitadas de los museo y que ´comenzaron a cobrar más visibilidad en la museografía y el marketing vinculado con la moda, ya desde las muestras tributo a AlexanderMc Queen, las puestas del curador francés Olivier Saillard y las muestras del FIT , así como también las ambiciosas galas del Met.
“Nos propusimos dar a conocer la importancia de la conservación y la restauración como una práctica fundamental en la preservación de estos artefactos textiles. De este modo buscamos develar las consecuencias de esta cotidiana y silenciosa labor. Porque las acciones de restauración y conservación se mantienen generalmente muy escondidas y poco se conoce sobre la cantidad de trabajo en torno a la protección del textil.” enfatiza la experta que participó además de diversos proyectos museográficos asociados al vestuario como el Museo del Sombrero, asociado a la ex-fábrica de sombreros Girardi y en a a actualidad investiga en la relación entre el vestuario y lamúsica clásica a través de un vestido de gala que vistió Rosita Renard, una de las principales pianistas chilenas de la primera mitad del siglo XX,” concluye Emilia.
Como una licencia poética, desde el Museo Histórico de Chile l se invitó al público a escribir en etiquetas de papel, sus propios manifiestos de moda. “Pensamos que podía ser interesante entender y plasmar la relación entre el público y sus ropas. Era nuestra manera de poder aportar en la discusión sobre el consumo errático,o promover pensar por primera vez sobre aquellos que tenemos tan normalizado. Además, las preguntas se enfocan en torno al uso que le damos a la ropa, como forma de expresión y también promover la puesta en valor de este objeto como patrimonio histórico. Como resultado de la muestra inaugurada en diciembre, hasta fines febrero dispusimos de dos mil tarjetones que reflejan de una manera cotidiana y espontánea lo que los visitantes a la muestra piensan sobre sus ropas”.



Pasado de moda: Historias de una Colección
Curadoras: Emilia Müller-Co Curadora: Isabel Alvarado
Equipo Conservación: Mabel Canales, Francisca Campos, Catalina Rivera, Sara Salazar y Víctor Arzola.