
En los tiempos previos a la era Calvin Klein, Andy Warhol en su libro Mi filosofía de A a B y de B a A, elogió los Jockey que compraba a cinco dólares en la tienda Macy’s “por sus cualidades anti roce y la durabilidad de sus materiales”. Con el transcurso de los años su devoción lo llevo a pintar un modelo con un billete de un dólar que se conserva en el acervo de la firma norteamericana y desde 2010 comenzó a exhibirse en una muestras itinerante.
Los Jockey surgieron en 1934 e innovaron en la ropa interior masculina: un diseñador de la firma con sede en Chicago decidió inspirarse en una postal de la Riviera francesa y donde un grupo de bañistas de la Costa Azul exhibía diminutos slips. Así como el push- up femenino puso a los escotes en primer plano, la aparición de los Jockey disparó el uso de pantalones ceñidos. En 1942 y en la Argentina, Carlos Sinigagliesi inventó el calzoncillo anatómico que respondió a las siglas CA-SI, que si bien se inició con fines medicinales, su uso se difundió en Europa y si bien su producción se hizo desde una fábrica de Liniers.
Los modelos primitivos
Los básicos de la ropa interior masculina derivan del taparrabo de piel –o loincloth– que veneraron los hombres de las cavernas, Tarzán y, según relataron los arqueólogos, Tutankamón. El underwear contemporáneo tiene su origen en los triángulos que se ataban en las caderas cual pañales de uso habitual en los gladiadores y atletas romanos. En Roma se los denominó subligaculum, y en Japón, etchu fundoshi y se replicaron en cerámicas y bajorrelieves. Las campañas de CA-SI se hicieron eco del ingenio porteño, realizadas sobre metal o cartón reprodujeron escenas de usuarios que se jactaban de la comodidad comparándolo con el descanso sobre una hamaca paraguaya. Otros casos de factura local remiten a los Eyelit, que data de 1963 y que luego de una crisis emergió con locales propios.
Muy lejos de las campañas de ropa interior de la firma Kinosha Klosed Knottch, cuyo manual de estilo pregonaba los modelos todo en uno –camiseta y calzoncillos llamados Union–, una galería de estilos de los devotos del calzoncillo destaca tanto a Elvis Presley fotografiado en 1958 por un reportero de la revista Life, vistiendo calzoncillos e algodón durante la revisación médica previa a su reclutamiento para el servicio militar, mientras que las campañas de Jean Paul Gaultier fotografiadas por David Seiner, mostraron un cuerpo escultural con tiradores y la ironía de una lupa a modo de accesorio.

