Nos honra la participación especial de la periodista y escritora Felisa Pinto y sus reflexiones sobre el chic democrático.




Cuando Carola Besasso empezó a cultivar su vena creativa, encandilada por la moda, debutó en el viejo y ahora vapuleado Palermo. Allí abrió DAM, su tienda de l998 cuando todavía existían tantas divisiones como looks: viejos, nuevos, último grito, Soho, Queens, algo de vintage y un poco de orgánico. Fue entonces cuando Carola se instaló en la ropa artesanal, pintada a mano e imaginación “popular” como ella define a sus creaciones. Años después, regresando de su años en Holanda, lo hizo con valijas rebosantes de trapos ilustres e irresistibles, comprados tanto en retazos de las calles de lugares y no-lugares de Londres y Amsterdam donde capturó restos de telas antiguas y retazos de telas africanas.
Con ese material exquisito Carola presentó su primera presentación en el BAF. “Fue un momento cumbre hacerlo allí, gracias a que me convocó por Facebook, el genial fotógrafo Gustavo di Mario. Para mí, fue un empuje decisivo de alguien tan exquisito, entonces y ahora, qué sigue siéndolo desde su casa-museo en las traslasierras cordobesas. Desde entonces, tuve alguna que otra incursión en el Centro Metropolitano de Diseño, que proclamaba la moda independiente. Y desde ese envión, desdeñé los desfiles de moda, que siempre me parecieron aburridos y caretas. En cambio me propuse generar haceres afines a mi personalidad como “private person”. No tengo una empresa ni espacios rutilantes. Mis soportes son elegidos por su excelencia en la costura y el gusto por lo diferente y singular. Además de mantener la premisa de recuperar, rescatar, respetar y admirar la materia noble e inusitada de los trapos de limpieza comunes” cuenta, entusiasmada.
Los trapos nobles que usa para diseñar ropa tienen, como ingrediente principal, un toque lúdico y elegante, levemente irónico. E irresistible por su espontaneidad. Habiendo cambiando el destino rutinario de un repasador colorido o un trapo de piso consistente de trama souplesse, con el solo “adorno” de alguna cinta azul o roja, calculadamente instalada en el espacio limpio de la delantera.
En sus búsquedas y junto a la costurera Teresa Ledesma , elogian trabajar la costura con la suavidad del algodón 100 x 100 y reconociendo la honestidad de la trama y su nobleza del copo de algodón recién cultivado, convertido en el soporte inusitado de un vestido leve sobre la piel bronceada del verano.
La referencia más memorable de elegir trapos de cocina para lograr elegancia, fue la que lanzó, ante el asombro, Nini Gomez, la excepcional pintora y artista en el arte y en la vida. Amén de rebelde y vanguardista, exaltó la belleza intrínseca del trapo rejilla en algún vestido escotado o los repasadores de algodón puro para un blazer colorido para usar en “media-estación” como se decía entonces. Nini presentó aquella colección atrevida en su Galería Lupanart , en finales de los 60.

Carola confiesa que no se considera víctima de la moda- y no lo es-. Aunque reconoce que admira ciegamente a Martin Margiela: ” Margiela es un abrecaminos!!! Fue tan necesario, ese lenguaje que él habilitó, permitiéndose romper patrones convencionales en la moda. Nos mostró a los jóvenes que se puede ser más libres de mandatos de la moda oficial!!! A mí Margiela me REENCANTA”
Enseguida recuerdo una entrevista de Sydney Picasso a Margiela que leí en la revista Interview y donde el creador belga proclamó: “Tengo la libertad de crear para aquellos que tienen la libertad de vestirse como les plazca”.



Diseños de la colección DAM con telas atemporales para el verano 2024.
Todas las imágenes son una gentileza de DAM